<<Les
explico que las mentiras de hoy son las verdades de mañana>>
M.D
¿Qué
decir de Marcel?... nada de nada. Solo jugar ajedrez.
Duchamp
desvaloriza al arte como oficio manual en favor del arte como idea; a
su vez la idea se ve sin cesar negada por la ironía. Los objetos
visuales son cristalización de una idea y su negación y crítica.
La
carga de inexpresividad de los objetos es al fin lo más importante.
Esta acción controlada y objetiva es la representación más clara
de la realidad sin falsedades subjetivas que fácilmente introduzcan
al observador al planteamiento estético y formal y ver en la
transformación de la materia la grandeza.
<<Cualquier
objeto visual constituye un centro de fuerzas y puede por supuesto ubicarse en cualquier parte del espacio visual.>>1
La rueda
Si
la forma se convierte en cosa es inevitable atribuir, a la inversa,
un valor formal a la cosa. A partir de este hecho se abre un abanico
de posibilidades.
Realismo
Emblemático: No es la obra de arte el interés central,
trasciende ,la especulación es mental, ámbito de acción ilimitada,
surgida de la especulación, comprende transformación total de la
realidad preexistente.
Duchamp
toma los elementos de su ámbito habitual y los simboliza en ese gran
pedestal de sensaciones plásticas, pero en definitiva abre nuevos
ámbitos semánticos al observador.
Sí
es muy cierto que 2 + 2 = infinito mundo de belleza.
Es
la obra una idea absurda, puesto que el material que contiene la
misma le remite a otra cosa y, por ende, yo sé lo que es, su función
y para qué me sirve.
La
forma se hace intelectual en su contemplación porque no está
narrando nada nuevo más que su sola presencia como objeto con una
función determinada, el desplazamiento.
UN JUEGO DE PREGUNTAS
- ¿De quién era esa rueda?
- ¿A qué tipo de vehículo pertenecía?
- ¿Cómo fue elegida entre muchas ruedas?
- ¿De qué país es originaria?
- ¿Y la otra parte dónde quedó?
- ¿Cuál sería su color?
- ¿Cómo llegó al museo?
- ¿Habrá venido andando el artista y se rompió?
UN
JUEGO DE INTERPRETACIONES
Un
molino, con
todo lo que esto implica para la población. Su forma está adherida
a un eje central pero además necesita la aplicación de una fuerza
que se da en dos puntos, en direcciones paralelas y en sentido
contrario, combinación que logra el movimiento de rotación de las
aspas.
La
rueda de la fortuna,
un juego de azar usado con frecuencia en forma directa o por medios
masivos, sin presencia física, que establece una conexión con la
acción del movimiento y su destino final. Por un momento plantea
interrogantes y sensaciones internas.
El
reloj,
como tiempo impuesto, como rutina diaria, el deber hacer y sirviendo
en un sentido amplio la dependencia de ese círculo para el hombre,
para medirla con exactitud y advierte el paso del tiempo con un
artificio mecánico.
La
rueda de la vida,
el círculo individual del nacer, crecer y el morir como algo que no
se detiene nunca.
La
rueda,
como contenedora, esa circunferencia de un espacio dentro de otro
espacio y a su vez con espacios internos divididos por líneas que
forman otros sub espacios y que al girar forman una masa especial
única.
La
rueda,
instrumento y sistema primitivo, estructura para estudiar el
movimiento del sol no entendido por los críticos y puesto lejos de
las ventanas donde no llega la luz.
La
rueda,
como homenaje a Copérnico y su diagrama sobre el sistema solar.
La
rueda,
elemento arrancado de una máquina cuya actividad era la acción y
puesto a descomponerse a oxidación frente a todos en un marco de
quietud absoluta.
Monumento
a la esfinge,
redondez de los medios de transporte.
Los
primeros radares,
hoy en día sirve de antena de televisión.
Elemento
cotidiano que también sirve para hacer música.
La
rueda,
como centro de interés intelectual a partir de que se utiliza la
forma como un medio puesto en un contexto que no le pertenece pero si
le pertenece el interés por ese círculo visual que representa la
rueda como objeto diario.
Rueda
de bicicleta (el original de 1913 se ha perdido, tercera versión de
1951, Museo de Arte Moderno, Nueva York)
“Me
gustaba mirarla, lo mismo que me gusta mirar las llamas en la
chimenea” M.D
Paz,
Octavio. Apariencia desnuda. La obra de Marcel Duchamp.
1
Arnheim, Rudolf “El poder del centro” Pag. 16.
autor: Rosalino Rodríguez